LUIS ERNESTO GÓMEZ

(Maracay, Venezuela, 1977)

LA MÚSICA Y LAS ARTES EN LA EDUCACIÓN BÁSICA DE VENEZUELA
Apuntes para un debate necesario

(Estudio realizado para la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Asamblea Nacional de Venezuela, 2007)

----------------------------------------Luis Ernesto Gómez

“El pueblo de Venezuela en ejercicio de sus poderes creadores…”
Preámbulo de la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela de 1999


La conciencia de un pueblo en ejercicio de sus poderes creadores

En este momento, en el que el pueblo venezolano está asumiendo cada vez más un rol protagónico, es de la mayor trascendencia que tenga conciencia plena de sus poderes creadores. Se hace impostergable la participación de un pueblo consciente, un pueblo que sea progresivamente más reflexivo y crítico y para ello es de esencial importancia la educación formal.
Un gran paso nacional a la Educación Básica que todavía adeudamos, es el tema referente al quehacer creativo en la música y las artes. No es que no exista: la música y las artes son impartidas de manera excepcional en la educación pública y privada en contados planteles, muchas veces impartidas como complementos de carácter desechable, otras tantas, no son tomadas en cuenta para el despertar creativo del estudiante, sino como materias de orden teórico, tan frías como la matemática. La educación artística que esperamos impartir en la Educación Básica no es la enseñanza de meros datos recabados, sino más bien la de la estimulación del aprendizaje del quehacer creativo en cualquier lenguaje de orden artístico.
Podría decirse que la maniobra capitalista persigue quizá la formación de un sujeto especialista, tecnicista, con decidido estímulo para la ciencia y lo utilitario y un absoluto desdén por el estudio de lo humano y sus valores. Para construir un pueblo consciente, debemos perseverar en la formación de individuos integrales. Este concepto de individuos integrales nos remite directamente a toda persona que conscientemente elija su independencia de la sujeción del mercado y que, por tanto, no queda sin alternativas ante lo que le vende el sistema capitalista. Un individuo integral, por tanto, es un un sujeto activo con mayor libertad de decisión.

Venezuela, al ser declarada por la UNESCO como país libre de analfabetismo (menos del 1% de la población venezolana es analfabeta), se afirma sólidamente para salir de la ignorancia, para permitir la formación integral del individuo. Con la adquisición de las habilidades básicas para leer y escribir, el pueblo ve ampliados sus horizontes de libertad.
El paso siguiente entonces, implica mayores retos y uno de ellos es liberar al individuo, estimulando sus posibilidades creativas para incrementar su cultura.
Conocemos por cultura todo cuanto hacemos, al conjunto de conocimientos que nos permite tener un juicio crítico y al conjunto de modos de vida y costumbres de un pueblo o una época; y por Arte, a la habilidad o destreza para hacer algo, en el entendido de que para desarrollar este aspecto, se hace necesaria la formación específica, el cultivo de la sensibilidad y del goce estético.
Hay que aclarar que no existe arte para las élites, sólo existe arte al que no hemos tenido acceso, porque el arte se fundamenta sobre profundas raíces sociales. Forma parte de nuestros derechos naturales el tener libre acercamiento a las artes y permitirnos explorar el orden creativo a través de ella, es nuestro deber aproximarnos al conocimiento de nuestra cultura, a lo que el pueblo ha sembrado. La cultura es el elemento perdurable de una civilización, su saber primigenio. Debemos acceder ampliamente a nuestros orígenes universales nuestra formación básica temprana.
Para sustentar esta visión, presentamos una serie de entrevistas a importantes personajes de sólida trayectoria en la música venezolana entre los que se cuentan José Antonio Abreu, Pedro Liendo, Alfredo Rugeles, Jaime Martínez y Antonio Delgado entre otros. Tomando una licencia, incluimos algunos comentarios del poeta y constituyentista Gustavo Pereira al respecto.
Las interrogantes se concretaron alrededor de la posibilidad de la enseñanza de la música y las artes en la educación general en el país y su justificación, con el objetivo de impulsar un esfuerzo nacional para que todo ciudadano venezolano tenga acceso a estos conocimientos y se instaure así una acción sin precedentes en favor de la colectividad.

Un pueblo rico en espíritu, creativo y conocedor de su cultura, estará integrado por individuos que cuidarán todos los valores éticos y estéticos de su entorno, porque son sensibles a él. Este es decididamente un valor socialista.


La música: lenguaje universal

La música es el “lenguaje universal” (Pereira, 2007) y es al que no ha tenido acceso la gran mayoría en la educación básica –así como las demás artes, a pesar de que “no existe un país con tanto potencial para la música como Venezuela” (Martínez, 2007). El potencial creativo e interpretativo del venezolano para la música es indudable, quizá como resultado de la mezcla de razas -desde nuestros antepasados indígenas y africanos hasta la amalgama española-. Ello ha dado lugar a variopintas manifestaciones dentro del género, que van de las expresiones autóctonas de todo tipo, pasando por la música afrovenezolana y el jazz a la música de orden académico, de cámara o sinfónica, muchas veces con un nivel tan alto y con propuestas tan innovadoras que borran por momentos los límites entre la música popular y la académica.
De indudable mención es el desarrollo sostenido en el seno de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, que ha brindado a los jóvenes formación musical práctica desde temprana edad, involucrando al joven en una alta experiencia a nivel espiritual y sensible que resulta indeleble en su formación como individuo, aunque más adelante éste decida no abordar profesionalmente la música. De este modo y gracias a esa vivencia, ese futuro matemático o ingeniero no será el mismo, tendrá otros valores grabados en su espíritu y podrá apreciar el mundo a través de una de las manifestaciones más esenciales del género humano. Todo ello implica el “formar a la gente para que aprecien las obras de los creadores nacionales están realizando” (Delgado, 2007): una meta ineludible que todos debemos alentar.


Un paso revolucionario

Lo dice Jaime Martínez, “Si logramos incluir las artes como complemento educativo, el hacer artístico como complemento educativo, esto sería un paso revolucionario… No sólo que la clase media o las clases pudientes, sino también todo niño venezolano que ingrese a una Escuela bolivariana, a un Simoncito, a un preescolar, tenga el acceso a las artes, a la música” (Martínez, 2007). Estamos hablando de hacer posible que todos los venezolanos tengan la posibilidad de apreciar las sinfonías de Beethoven a la par de bailar sus danzas regionales, de conocer sus fuentes primordiales. Muchos no han tenido esa oportunidad, porque “teníamos un sistema educativo excluyente, inmensamente excluyente, y que escondía valores, contaba la historia como no era, y además de eso, una élite era la que tenía acceso a la música” (Martínez, 2007).


Una meta de la democracia social venezolana

La meta es superar la educación tecnicista, especializada desde un principio, donde prima lo científico sobre lo humano: invertir esta ecuación del utilitarismo y democratizar la educación para la libertad, es una misión que nos compete. En palabras de José Antonio Abreu: “el que cada venezolano, el que todo niño y que todo joven que curse estudios de cualquier nivel tenga acceso a la música y las artes es una hermosa meta de la democracia social venezolana. Esto sería parte de una concepción humanista de la educación… El aprendizaje de un arte, familiarizar al estudiante en general con la música representa una conquista importante del sistema educativo, de lo contrario, éste sería unidimensional, trabajaría sólo para el intelecto, no trabajaría para la sensibilidad y los valores.... La música y en general, las artes, son imprescindibles cuando se trata de garantizar la formación integral y humanística del estudiantado, de manera que el mundo de los valores, el mundo del sentimiento, el mundo de la sensibilidad sea también objeto de aprendizaje para todos” (Abreu, 2007).

Según Freddy Sánchez, éste es uno de los sucesos más esperados dentro de la evolución de cada pueblo: “el día en que las artes logren incorporarse al sistema educativo y realizar el sueño de democratizar el acceso de toda la población al disfrute y al uso de las artes. Esto es una enorme contradicción porque a pesar de que las artes son actividades que involucran a todo el mundo, de una u otra manera, pocos son los que alcanzan un nivel de formación que le permita realmente hacer un uso libre de esta manifestación” (Sánchez, 2007).



Una meta para la sociedad que queremos construir

Un valor para la libertad es un valor para la sociedad que queremos construir, por eso “creemos que esa es la educación integral, la educación futuro, la que nutre al ser humano de manera intelectual y al mismo tiempo al espíritu, a través de las artes. Ese es un ser humano enmarcado dentro de lo que es el socialismo” (Sira, 2007).
De cumplirse estas premisas, nos transformaríamos en un pueblo potencialmente creativo, una cualidad humana que el capitalismo no está interesado en impulsar, debido a que las artes son actividades eminentemente sociales y colectivas, tanto en su ejecución como en su apreciación. No existe arte individual, arte para uno mismo. El arte está creado para que otros lo aprecien, con un mensaje siempre subyacente dirigido al colectivo.


El Derecho Musical de todos los venezolanos

Este es un derecho al cual la gran mayoría de los venezolanos no tuvo acceso, aunque según Eva Estrada, “siempre hubo esa aspiración de que las artes, la música, el teatro, la danza, la plástica, formen parte del currículum general”, porque “son manifestaciones humanas, porque la sociedad no vive nada más de lo que son las ciencias básicas y las materias técnicas, sino que tiene también necesidad de manifestarse originando bienes culturales. Tener acceso a la educación musical “es un derecho que todo venezolano tiene que tener” (Estrada, 2007), porque idealmente las artes están orientadas para construir un hombre creativo y ello no se mide en términos de utilitarismo. En palabras de Diana Arismendi, tal como tenemos derecho a las matemáticas, la lengua y el deporte en la Escuela básica, “la música y cualquier expresión artística debe ser parte de la formación integral” (Arismendi, 2007).

El enfoque revolucionario hacia el arte desde el punto de vista político, no está en la forma ni en el contenido, sino en el acceso del mismo para toda su población. “Si la música es una manifestación del ser humano, si la música existe en todas la culturas –tienes culturas sin lenguaje escrito, pero no tienes culturas sin música, no existe una sola cultura en el mundo sin música– entonces la música puede ser aprendida por cualquiera, puede ser ejercida por cualquiera. Es conveniente no darle al término arte una etiqueta de conocimiento o disciplina que solamente pueden acceder las personas que tienen talento” (Estrada, 2007).


Esclavitud auditiva y visual

Partamos del principio de que la esclavitud está íntimamente relacionada con la dependencia, la dominación. Existe una dominación inconciente en la propaganda mediática, regida por los valores del mercado. Por eso, es conveniente mantenernos alerta sobre la esclavitud auditiva que imponen las leyes de la oferta y la demanda. “Si hoy podemos hablar de esclavitud, esa esclavitud es auditiva. Toda la gente, todo el país es objeto de una dominación absoluta en el gusto hacia el uso del sonido, y nos dominan, los ponen a consumir cualquier porquería. Las personas que han logrado una educación musical, que han educado su oído, son las únicas capaces de elegir entre lo que quieren oír y lo que no quieren oír, son las únicas personas libres para hacer ese tipo de elección” (Sánchez, 2007).

“Somos víctimas del mercado si no conocemos la distinción de lo que puede existir en ese mercado. Nuestros jóvenes se ven inconscientemente obligados a escuchar solamente la música de moda, sólo un cierto tipo de música restringida, porque es lo que venden los medios y la publicidad mundial más allá de nuestro país” (Delgado, 2007). He allí la importancia de formar a la población venezolana sobre este punto.
Existe igualmente una esclavitud visual, una esclavitud sobre la imagen regida igualmente por los valores de mercado. Es el caso de la televisión, el cable y los cines comerciales que ejercen una poderosa influencia sobre la población, basadas en propaganda, mensajes subliminales, repetición excesiva y venta de prototipos de moda.


Analfabetismo musical/Analfabetismo auditivo

Expongamos a continuación dos definiciones de Analfabeta musical / auditivo, dadas por Sánchez:

· Desde un punto de vista político, un analfabeto musical puede conceptuarse como “una persona que consume productos sonoros de una manera no libre” -suerte de esclavitud-. La gran industria del sonido, las grandes empresas de la producción sonora, desarrollan en una parte del colectivo, preferencias musicales vacías y manipuladas, con el único objeto de convertir al individuo en un consumidor anti-crítico, ciegamente obediente a las tendencias consumistas del mercado, que la más de las veces adquiere productos grotescos, de calidad muy discutible. Si podemos hablar de esclavitud en el siglo XXI, esa esclavitud es auditiva, impuesta por el mercado, por las grandes trasnacionales, las grandes industrias del sonido que ejercen una dominación auditiva esclavista en buena parte de la población, generando lo que personalmente denomino un analfabeta musical” (Sánchez, 2007).

· “Desde el punto de vista auditivo, es una persona limitada a uno de los disfrutes más extraordinarios que ha creado en la humanidad a lo largo de su historia. El analfabeta musical es una persona que tiene la posibilidad de aprender auditivamente música hasta un cierto nivel que la sociedad le da, de formar el oído lo suficientemente como para seguir un patrón rítmico, seguir una línea melódica, pero disfrutar cosas como el contrapunto, disfrutar la armonía, que es uno de los eventos creados en la Europa del siglo XVIII -es una de las cosas más bellas que se ha creado en el juego acústico -, es una población muy reducida la que es capaz de disfrutar, somos muy pocos. Los efectos emocionales que tiene el sonido armónico todavía no se conocen. Se le ha negado a toda la población como un todo, el disfrute emocional de la armonía, por ejemplo” (Sánchez, 2007).


Defensa ante el capitalismo - Defensa de la identidad

Sólo podemos defendernos de esa avalancha visual-auditiva con conciencia y formación. La educación básica del venezolano debería ser una asunto de capital interés y su acción cabal ser considerada como defensa ante el capitalismo, como defensa de nuestra identidad.

Si se insertan la música y las artes en la Educación Básica, “el venezolano tendría una mayor visión de lo que somos, de dónde venimos, porque ante el mundo que es cada vez más globalizado, nosotros tenemos que ver también hacia adentro y conocer no sólo lo de afuera, sino también nuestro folklore, nuestra música, que cada vez más estamos desconociendo y no es culpa de la gente, es el sistema educativo que no nos lo está inculcando” (Cardozo, 2007).

“En la evolución de cada pueblo eso está incluido, porque la cultura es el elemento fundamental en la identidad de los pueblos”. Además, “el capitalismo utiliza al arte… el arte y la cultura les ha servido a ellos para manipular a los pueblos” (Liendo, 2007). Esto sucede por la ignorancia, un pueblo es manejable si no tiene conocimientos. Recordemos a Alí Primera cuando dice “la ignorancia no mata al pueblo, pero tampoco lo salva”.


Inteligencias múltiples en el individuo

Una consideración identificada y de vital importancia dada por Sánchez es que "según Howard Garner, la inteligencia humana es múltiple, no es una inteligencia monolítica” y que “siempre tendremos latente la capacidad para poder desenvolvernos en las otras inteligencias: la música es una de esas inteligencias, el dominio y conocimiento del espacio es también otra de esas inteligencias. Desde el punto de vista de Howard Garner, la educación se ha dedicado solamente al desarrollo de dos inteligencias humanas nada más, dejando atrofiadas el desarrollo de cinco inteligencias que nunca fueron abordadas, una de ellas es la música, otra es el espacio” (Sánchez, 2007).

De esta manera, “para una lograr una verdadera democratización de las artes para el disfrute y uso de la gente, para acabar ya con la dominación contemporánea, la dominación auditiva y visual, para tener gente que realmente sea libre para escoger en muchísimos planos y para educar un ciudadano en las siete inteligencias que tiene, integralmente desde el punto de vista intelectual, por todas esas razones es importante que nosotros comencemos a pensar la ubicación de las artes dentro del currículum escolar” (Sánchez, 2007).



Alfabetización en el lenguaje musical y artístico en el siglo XXI

Otra idea identificada es la distinción de lenguaje como forma que va más allá del idioma. “El alfabetismo en el idioma... fue el compromiso político de la humanidad a lo largo del siglo XX, pero llegado ya el siglo XXI, la alfabetización en el idioma se queda corta. El ciudadano contemporáneo, el hombre y la mujer del siglo XXI son ya personas que necesitan una alfabetización amplísima, integral, que cubra todos sus sentidos: se necesita alfabetizarse visualmente, alfabetizarse auditivamente, en el lenguaje, en el conocimiento del cuerpo, en la introspección para conocerse a sí mismo” (Sánchez, 2007).

De ello se desprende el criterio para comenzar a reflexionar sobre una posible campaña de alfabetización musical/artística en el orden nacional, que no es sino “dar acceso a un mundo que solamente unos privilegiados hemos podido disfrutar, el mundo del espíritu. Y nosotros queremos que todo el pueblo venezolano lo tenga a su disposición” (Sánchez, 2007).


Beneficios de la alfabetización en el Lenguaje Musical

Durante las entrevistas, se expuso una amplia reflexión acerca de los beneficios de la alfabetización en el lenguaje musical. He aquí algunas opiniones:

· Con ello, “formamos no solamente un ser humano desarrollado, sino que también formamos un espectador educado, que disfruta las artes como tal. Eso indica que es un individuo sensible, transformado a través de las artes, que sabe disfrutar un concierto, que sabe de danza, poesía. Ese individuo será incapaz de echar la basura en el piso, incapaz de comerse la luz roja. Este sería un paso para hacer buenos ciudadanos” (Sira, 2007).

· “Basta que asumamos la educación musical con la verdadera relevancia, el peso merecido dentro del currículum de educación básica y diversificada, de seguro tendremos beneficios a nivel cultural y social. Tendríamos menos problemas sociales seguramente, porque el individuo nace y crece con otros conocimientos y otros principios, que en vez de estarse drogando, el individuo dispondría de otras actividades y tendría más opciones para su crecimiento” (Queipo, 2007).

· “Creo que esa disciplina que da la música y su rigor, permite sensibilizar a la gente, para ser mejores personas en todo sentido, alejarlos de las drogas, de los vicios, de la delincuencia juvenil” (Rugeles, 2007).

· “El arte y todas sus manifestaciones humanizan a la persona, porque le crea inquietudes y le despierta la curiosidad, el ser creativo” (Liendo, 2007).

· La música como elemento socializante: la música implica que tú “tienes que socializar con otra gente, que tienes que adaptarte a la afinación de otro, al balance del grupo, que muchas veces tienes que ceder en pro de un beneficio común que es el resultado del conjunto musical... La música es un elemento colectivo que nos enseña que tus actividades tienen influencia en el colectivo, esto es algo que en la modernidad se ha ido perdiendo y ha fomentado los valores de individualismo en detrimento de lo que es el colectivo, la música rescata eso” (Delgado, 2007).

· “La enseñanza del arte despierta el espíritu del creador, te permite crear y luego que tú has creado, te permite contemplar en tus manos el producto creado, saborear el éxito de lo creado, y esa creación que tú haces, la pones al conocimiento de un contorno social, que da una respuesta, te aplaude o te rechaza. Haciendo arte tú experimentas los principios básicos del desarrollo de toda inteligencia. Sea arte, música, danza, que por estar basadas en el principio de creación, eso va a estimular el aprendizaje en otros terrenos” (Sánchez, 2007).

Igualmente, se argumentaron informaciones acerca del incremento de la concentración y del rendimiento escolar en los niños que estudian música, así como del aprendizaje natural y sencillo de valores de disciplina, y del conocimiento y difusión del patrimonio nacional y universal como parte de la educación básica.


Influencia en la familia

La influencia de la música en el ámbito familiar es de gran importancia, en especial para rescatar el modelo de familia como base de la sociedad que la modernidad ha derrumbado cada vez más.

“Cuando un miembro de la familia tiene formación musical o artística, sobre todo los niños, su nivel educativo aumenta en calidad y en cantidad, eso repercute en toda la familia directamente, porque los adultos, los hermanos, los tíos, van a ver el desarrollo que ha logrado; porque si hace deporte o música o teatro, muchos padres van a ir a verlo tocar o a verlo correr o a verlo actuar. La familia estará motivada por ello” (Sira, 2007).

Creemos firmemente que la inclusión de la música en la formación básica incidiría positivamente en la valoración propia de la familia venezolana, ya la misma mantendría valores espirituales y trascendentes dentro de su estructura social. Sobre todo en los jóvenes, quienes escuchan música con mucha frecuencia, y por tanto, la sonoridad representa un vehículo idóneo de transmisión cultural de valores. La música industrial tiene actualmente atados a los jóvenes, quienes al no tener educado su oído para la música académica ni en la música de su pueblo, terminan dominados por las músicas comerciales y por sus valores, es aquí, donde la educación tiene un reto de alta importancia a fin de equilibrar la avalancha comercial de la que sufren los jóvenes. Un joven con un oído formado para la música académica y para la música de su pueblo será un joven difícil de alienar culturalmente.

Valor ético del quehacer estético

Sería de enorme utilidad abocarse al estudio de la influencia del estudio formal de la música en los sectores de menos recursos. Las experiencias obtenidas con las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, en las que niños de distintas barriadas han logrado integrar estos conjuntos instrumentales, y que han desembocado en el hecho incontrovertible de su positiva incidencia social. Esta ha sido una herramienta que ha permitido apartar a los jóvenes de un entorno de peligro y delincuencia. La inserción en la dinámica de una orquesta sinfónica, conlleva sin duda a una conciencia grupal y una disposición social de mayor convivencia.
En consonancia con lo antes expuesto, podemos citar el caso del guitarrista Ángel Esteban Pérez, proveniente de un barrio de alta peligrosidad, poseedor de un talento excepcional para la música. Los estudios regulares y el ejercicio musical activos, hicieron posible que con los años, este joven instrumentista abandonara el entorno del barrio, estableciéndose a un entorno de clase media. Según su anécdota personal, declara que un día volvió al barrio para saber de sus antiguos amigos y no halló a ninguno. Todos, por alguna razón u otra, habían fallecido. Desde un punto de vista casi poético, podría decirse que la música rescató al talentoso guitarrista.

El quehacer estético generalmente se configura de un entorno con individuos poseedores de valores éticos de convivencia y respeto. “…Esa disciplina que dá la música y su rigor, permite sensibilizar a la gente, para ser mejores personas en todo sentido, alejarlos de las drogas, de los vicios, de la delincuencia juvenil” (Rugeles, 2007).

Otra idea expuesta en el transcurso de las entrevistas, fue la consideración de que la música es un elemento de compromiso social: “La música y las artes nunca han estado desvinculadas de un compromiso social. En el instante en que tú asumes un compromiso social, que tú te decides por la felicidad de un colectivo y en consecuencia tú asumes una actitud frente a ese colectivo para la búsqueda de esa felicidad, tú estas en un posición ética” (Sánchez, 2007).


El Estado debe ser el principal impulsor de la Alfabetización Musical: Moral y Luces.

El Estado debe ser el principal motor de la alfabetización musical. “El Estado debe afrontar la pregunta de cómo le garantizamos al niño, al joven venezolano ese derecho y la posibilidad de estudiar música dentro de su escuela básica. Es importantísimo que la música esté incluida con diferentes niveles de obligatoriedad” (Martínez, 2007).

Debiera ser una decisión de Estado el que Venezuela sea liberada del analfabetismo auditivo y visual y por tanto, debiera incluirse en el Tercer Motor Revolucionario: Moral y Luces, con carácter de urgencia. No puede dejarse este punto tan importante al azar, a la iniciativa de la Educación privada o de la Educación religiosa, porque el objetivo es que la formación, para la sensibilidad del hombre, llegue a los niveles más bajos de la sociedad, a los individuos de menores recursos económicos que han sido históricamente excluidos. No sólo se estarían forjando músicos a nivel profesional, sino también público, gente formada para la sensibilidad.

La música del mundo: música popular y académica, una sola música.

Existe una creencia muy divulgada sobre lo elitesco de la música académica. No existe tal; lo elitesco es un concepto estrecho derivado de un fenómeno sociológico en el que se ha desligado a la entera población de menores recursos –que tristemente es la mayoría- del aprecio de una disciplina pivotal en el desarrollo cultural humano y es un punto que debe atacarse integralmente.

“El concepto de la música en Occidente que nace en el siglo XVIII, es parte de los productos de la Ilustración, nace en el seno de la ciencia con sus grandes postulados de universalización del conocimiento y de objetivación de ese conocimiento, el producto creado por el hombre como algo que se puede objetivar y se puede palpar. La música se embarcó en ese compromiso histórico como algo que puede objetivarse y como respuesta a ese compromiso, se produce todo el sistema tonal europeo, surge esa gran música; pero tiene un espíritu globalizador que era parte de la agenda colonizadora de la Europa de entonces. Así como se quería que el mundo tuviera una sola religión, también se quería (hacer creer) que el mundo tenía una sola música, un solo tipo de música. Eso creó históricamente dos grandes complejos, el rechazo hacia lo popular y la sobrevaloración de lo que se hacía académicamente”. Ya es hora de “romper ese tabú” y empezar a “hablar de las músicas del mundo” (Sánchez, 2007). Entonces, para quebrar ese precepto, debe incluirse en la enseñanza pública y privada el estudio de la música popular y la música académica, “sin privilegiar a ninguno de los dos, porque esa es la raíz. Porque es en esos privilegios que se ha generado esa falsa brecha entre la música académica y la música popular. Todo es música, eso es un continuum” (Estrada, 2007).

En Venezuela y en los países latinoamericanos, esa brecha entre música popular y académica se estrecha y funde, ofreciendo productos novedosos, sorprendentes y de gran calidad. Sírvase escuchar a Alexis Cárdenas ejecutando en su violín un joropo, o a la agrupación El Cuarteto interpretando temas venezolanos en un formato de música de cámara, por citar algún ejemplo.

Por lo anteriormente descrito, es de suma importancia incluir ambas expresiones desde la formación temprana, “que los que quieren estudiar violín aprendan también a tocar cuatro, que aprendan de la intuición de la música popular y que el quiere tocar cuatro tenga las herramientas de la música académica o música de arte” (Arismendi, 2007).


La compresión de la cultura genera respeto y tolerancia para la integración entre naciones

Incluir la cultura universal y nacional en la enseñanza temprana, es una meta de defensa ante la cultura imperial, ante el mercado de valores que cosifica al individuo, pero es también un elemento integrador entre comunidades y naciones. “Es mucho más fácil conocer una comunidad a través de sus producciones musicales y artísticas. El día que uno conoce una comunidad por sus producciones artísticas llega a conocer la esencia de esa comunidad y cuando las comunidades llegan a conocerse entre sí, se respetan, se toleran y es muy probable que si nosotros queremos construir una sociedad con una cultura de paz, una sociedad que ponga de lado la guerra tiene que ser una sociedad que fomente profundamente el conocimiento entre las naciones a través de las artes” (Sánchez, 2007).

La cultura imperial se ha valido de nuestro desconocimiento y falta de intercambio integral en Latinoamérica para dividirnos y ha fomentado con toda su maquinaria un conjunto de valores culturales materialistas: “lo que ha hecho esa cultura imperial, es separar a nuestros países de modo que nos desconocemos profundamente... nos hemos segmentado como cultura. América Latina y el Caribe somos una gran cultura, muy rica, variada y diversa, y entre nosotros nos desconocemos profundamente y sin embargo, conocemos pero con lujo de detalles la cultura estadounidense o la cultura europea”. Por eso, “el ALBA cultural es imprescindible, conocernos culturalmente es imprescindible... impulsando la investigación en este campo de manera urgente. Igual que se hizo en Hungría, en América Latina y más concretamente en Venezuela, tenemos que abrir, montar una estructura de investigación que permita a los educadores musicales acceder, organizar, sistematizar esos repertorios y en vez de usar métodos de solfeo foráneos y descontextualizados, utilizar nuestro repertorio para aprender” (Estrada, 2007).


Antecedentes en el mundo

Existen cuatro antecedentes a nivel mundial de ineludible mención, la labor de Zoltan Kodaly en Hungría, la de Schinichi Suzuki en Japón, la de Dalcroze en Suiza y la de Orff en Alemania.

Zoltan Kodaly y la alfabetización musical en Hungría - “En relación a lo que es el reconocimiento nacional de la música como bien cultural, el principal [exponente] es Kodaly, es el antecedente más explícito” (Estrada, 2007). Zoltan Kodaly (1882), compositor húngaro, desarrolló una intensa tarea pedagógica, paralela a una amplia labor de investigación de la música folklórica de Hungría y países vecinos. Organizó una “nueva generación de maestros y transformó la enseñanza musical de su país” (Palacios) [1]. Su método se basa en la idea de que “todo el que es capaz de leer, también es capaz de leer música”, y asimismo, utiliza al canto como “la base del músico”, ya que puede ser “tan natural como el hablar” y es el instrumento más accesible.
Kodaly propone que la educación musical debe comenzar desde la más tierna edad, junto a la herramienta del uso reiterado de canciones folklóricas para promover la identidad cultural en el niño. Una vez dominada la lectura musical por medio de la voz, se recomienda entonces el inicio del estudio de un instrumento, no antes. Propone igualmente, que las canciones sean acompañadas de movimiento, a través de juegos infantiles y promueve el concepto de que la música que se imparta, tenga un alto valor artístico, sea de origen folklórico o no. También hace especial énfasis en el precepto de que “la música es una experiencia que la escuela debe proporcionar”, promoviendo la teoría de la alfabetización musical nacional.

Suzuki: El talento es de todos - Para Schinichi Suzuki, pedagogo japonés (1898), todos los niños tienen talento, siendo éste un factor que no es innato, sino que es una cualidad a cultivar y a desarrollar. Considera el talento como la “capacidad de adaptarse eficazmente al entorno, de enfrentarse a cualquier situación en la vida y sobrepasar las dificultades u obstáculos” (Palacios). El talento para Suzuki parece ser una cualidad inherente al ser humano, una semilla a ser cultivada y que con estímulos adecuados, pueda transformarse en un frondoso árbol.
Este estudioso descubrió que la lengua materna es una habilidad que todos los seres humanos han logrado desarrollar notoriamente; en líneas generales, todas las personas hablamos claramente nuestra lengua materna. Así, el aprendizaje de la lengua primigenia ocurre en una edad temprana, en la que el niño es generalmente recompensado (y aupado a continuar por los padres). Con cada nuevo progreso, el niño se va habituando a los sonidos y significados y a través del uso repetido del medio que lo rodea, consigue hacerlo cada vez mejor. En este programa, los padres son los modelos más cercanos a seguir.
Del mismo modo, exhorta a rodear a los niños -de 2 a 3 años de edad- de estímulos musicales, de un entorno social entusiasta, que promueva trabajos grupales (como orquestas, ensambles de niños), facilitándole la audición de grabaciones con los mejores intérpretes para ejercitar su oído y su memoria por sobre la lectura musical en un principio, proporcionándole luego un instrumento musical cuando él lo solicite, sin forzarlo a estudiar, e incluyendo siempre la participación de los padres para estimular al niño.
Son el padre o la madre los primeros en tocar el instrumento, para apoyar luego al alumno-hijo, aprendiendo con él algunas lecciones con el fin de continuar la enseñanza en casa juntos, cada día (profesor, alumno, y padres forman así el llamado Triángulo Suzuki).

Estas son algunas ideas de este método revolucionario aplicado en Japón a mediados del siglo XX, y van aunadas al criterio de que los niños “deben tener la impresión de estar jugando”. ”La memoria hace que el niño se concentre en el sonido y no en las notas a la hora de hacer música”. Según Suzuki, la lectura musical “debe abordarse después que la sensibilidad, la técnica y la memoria han sido lo suficientemente entrenadas” (Palacios) [2]

Dalcroze y el método rítmico - Este pedagogo instauró un método de enseñanza, -aplicado a finales del siglo XIX y principios del XX- en Suiza, que coordina música y movimiento corporal, especialmente recomendado para estudiantes jóvenes. Su método estaba orientado a desarrollar las habilidades de escuchar, sentir, imaginar, retener e interpretar, orientando el ejercicio musical para convertirlo más en una forma de expresión que hacia un fin en sí mismo. Su idea era lograr una “conexión entre lo oído, lo cantado y lo leído con una sensación física, inducir y desarrollar la audición interior”. Para Dalcroze, “no basta con entrenar únicamente la mente, el oído o la voz, se debe entrenar el cuerpo entero porque allí está contenida la esencia de la sensibilidad”. Sus principales metas consistieron en el desarrollo de actividades en el aula de clase orientadas al “desarrollo de la atención, la conversión de la atención en concentración y la integración social (percepción de las similitudes y diferencias y respuestas apropiadas entre unos y otros)” (Palacios) [3]

El método Orff en Alemania - Uno de los aspectos más importantes de la carrera del compositor alemán Carl Orff, es el desarrollo de un método propio de educación musical, llamado el Orff – Schulwerk.
Su método es un acercamiento a la educación musical para niños, que tiene especial predominancia en el canto grupal y en la ejecución de los instrumentos de percusión. Los niños construyen patrones rítmicos simples, que son aprendidos fácilmente, sobre los que luego improvisan. Incluye igualmente la participación de los padres en algunas actividades, ocupando un papel central en la educación del niño.
Cuando la música creada por la actividad grupal se torna interesante, se invita a aprender su escritura con el fin de registrarla, incentivando al niño a aprender música desde el punto de vista formal.

Existen también otras experiencias europeas en el campo de la educación musical tales como las de Martenot y Justine Ward en Francia, Edgar Willens y Jos Wuytack en Bélgica y María Montessori en Italia, que podrían ser objeto de estudio y revisión.
Los entrevistados mencionaron Rusia e Inglaterra como países en los que pueden obtenerse informaciones relevantes, no para intentar copiar esos modelos, sino más bien para tomar lo que se considere esencial a la hora de cimentar nuestro modelo venezolano. Igualmente, quedó expuesto que en el sistema educativo inglés, “los niños de primaria tocan un instrumento, así no vayan a ser músicos al final. No se si es obligatorio, pero siempre tienen acceso a la música: las escuelas básicas en Inglaterra dan música a los niños” (Arismendi, 2007).
Proliferan también en Europa la figura de agrupaciones musicales no-profesionales, tales como “la Orquesta de Jubilados del Metro en París” (Martínez, 2007) o la "Orquesta de Taxistas de Londres” (Arismendi, 2007), así como otras, que podrían impulsarse en Venezuela, a través de los Consejos de Planificación Pública y los Consejos Comunales.

Experiencia cubana en la educación musical

Es conveniente tomar en cuenta la experiencia de la República de Cuba, donde observamos un desarrollo revolucionario de la música a través de la labor del compositor Leo Brouwer y la Escuela de Las Américas. Cuba es también un país musical, “tienen un nivel artístico muy elevado. El desarrollo del individuo se da a través de las artes y del deporte, que es donde mundialmente son conocidos” (Sira, 2007). No pasó ni un año del triunfo de la revolución cuando se fundó Casa de las Américas, una importante institución cultural bajo el Ministerio de la Cultura que permitió en los años subsiguientes la creación del Instituto Cubano de Experimentación Sonora, el movimiento de la Nueva Trova Cubana – entre otros –, y se caracteriza por el decidido estímulo hacia la cultura y las artes a través de la publicación y premiación de todas las manifestaciones artísticas como forma de integración latinoamericana y mundial. Su objetivo “ampliar las relaciones culturales con los pueblos de América Latina, el Caribe y el resto del mundo”[4]. Por citar un ejemplo de un paso institucional revolucionario de un pueblo eminentemente musical como Cuba.

Por otro lado, en el caso de la educación musical, la Dra. Paula Sánchez[5] (2001) – Profesora Cubana – comenta que la “musicalización ciudadana” debe ser “fin último de la educación musical” y que deben diseñarse programas para tal fin, unos dirigidos a la educación musical masiva y otros a la educación musical especializada. Desde el año 2001, la Educación básica cubana (masiva) está impartiéndose de primero a sexto grado, lo cual representa un gran paso nacional que se está intentando desde los años cincuenta y que ha tenido diversas modalidades, sin llegar al impacto masivo. Asimismo, expone que los beneficios de esta musicalización ciudadana, radica en “la formación multilateral de la personalidad, expresada en la manifestación de rasgos de sensibilidad…, en el reconocimiento y valoración de su entorno…, en la apetencia de estar en contacto con la buena música y la percepción, descripción y expresión musical por diferentes vías, lo cual contribuirá al mejoramiento profesional y humano del educando”.

Estos dos puntos nos muestran un país de corte revolucionario que está conciente (con todos los obstáculos que ellos tienen) de la educación musical del individuo y sus beneficios sociales. Asimismo, en Cuba disponen de programas de apoyo a la educación a través de la radio y la televisión, diseñados para la educación masiva, lo cual es un ejemplo a seguir.


Panorama en Venezuela

Los entrevistados señalaron en nuestro país iniciativas de gran importancia, que han buscado incluir de alguna forma la música y las artes en la educación formal, no siempre articuladas con la educación básica, pero siempre a disposición de la población venezolana. Sin embargo, encarnan factibles modelos a ser instaurados a nivel nacional y dignos de ser objeto de estudio detallado en investigaciones posteriores.

Sistema de Orquesta Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Se trata de nuestro antecedente más explícito y actualmente más extendido. El estimulo es lo que caracteriza a este extraordinario desarrollo orquestal que realizan las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela en todo el territorio nacional, y del cual estamos viendo actualmente sus espectaculares frutos: la extraordinaria labor del joven director Gustavo Dudamel, los intérpretes de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, el contrabajista Edicson Ruiz, hoy en día integrante de las filas de la Filarmónica de Berlín, las veinte orquestas profesionales y muchas otras más, juveniles e infantiles en el país, quizá sea el producto de un cultivo de emoción sembrado y germinando en los jóvenes venezolanos.

En palabras de José Antonio Abreu, en el documental Tocar y Luchar, dice lo siguiente: “Resulta que quien genera belleza tocando, y genera armonía musical, empieza a conocer por dentro lo que es la armonía esencial, la armonía humana… y esa revelación es lo que transforma, sublima y desarrolla el espíritu del hombre” (Abreu, 2005).
Respecto a su estructura pedagógica, encontramos que se fundamenta en un principio básico: darle primacía a la práctica sobre el aspecto teórico; se exhorta ante todo a hacer música y luego se aborda el perfeccionamiento técnico. Así, el joven o el niño, aprenden mayormente de oído la parte que les corresponde en una obra musical (con sólo algunas nociones de lectura) y la ejecuta junto a su grupo orquestal, más adelante se abordará el aprendizaje profundo de la lectura musical. El aspecto práctico precede a la teoría y se persigue igualmente pragmatismo en el aspecto teórico, generando una activa sinergia. De este modo, se ha hecho posible que gente muy joven acceda al repertorio mundial y haya logrado que una orquesta integrada por jóvenes, pueda abordar con solvencia obras monumentales y complejas, como Sinfonías de Mahler y Beethoven, entre otras. No está pensado como un movimiento artístico, sino principalmente con un factor de movimiento social en el individuo a través de la educación artístico-musical.
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La Unidad Educativa Pedro Julio Maninat[6] en Cabimas, Estado Zulia de PDVSA (mencionada por Queipo, 2007), incluye la formación desde preescolar hasta sexto grado, dirigido a los familiares de trabajadores de PDVSA. En dicha Escuela se dan las materias básicas, pero además se incluye Biblioteca, Informática, Inglés, Deportes y Música como materias a ser impartidas. En Música se trabajan los movimientos corporales, entonación de canciones sencillas, reconocimiento de instrumentos, así como el himno nacional, el himno del estado Zulia como valores musicales, nociones de lectura musical, ejercicios de polirritmia, así como también la audición de música académica y popular. Se incluyen actividades grupales como la banda rítmica, el coro de voces blancas, estudiantina, así como la enseñanza del cuatro y flauta. También se imparte Danza y Teatro. Este modelo está también en funcionamiento en otras escuelas que están bajo la dirección de PDVSA.

Unidad Educativa del Consejo Nacional de Cultura[7]: Representa un antecedente de especial relevancia, referido como un “Centro Educativo Integral para la educación, exploración, orientación vocacional, formación básica general y específica en arte en las disciplinas de Música, Danza, Teatro, Audiovisual y Artes Plásticas”, que ofrece un “currículum integrado en la educación básica y diversificada”. Otorga el título de Bachiller en Artes en las diferentes menciones. Estan basado en el “Modelo para la creación de un Plantel Integral para las Artes: Estudios básicos de Música y Danza –Escuela básica obligatoria- Diversificado en Arte, menciones Música, Danza, Teatro y Audiovisuales” (Caracas, 1991). Funcionan en la cuadra de Cruz Verde a Velásquez, al lado de la Botica de Velásquez.

Colegio Privado Emil Friedman[8]. Es otro antecedente de especial relevancia, en el terreno privado. Reza en su página web que son “una institución que atiende a una población aproximada de 1700 alumnos desde el Preescolar hasta el nivel de Media Diversificada y Profesional (Mención Ciencias), fundada por el profesor Emil Friedman Kossuth en el año de 1949 en la ciudad de Caracas, teniendo la misión de educar bajo la consigna de que NO HAY CULTURA SIN CULTURA MUSICAL”. Decía el maestro Friedman que "cuanto más estimulados sean los alumnos en su desarrollo cognitivo y en el contacto directo con las artes, más beneficios personales y emocionales obtendrán en el futuro. El desarrollo del conocimiento debe ir a la par del artístico, del físico y del social". De esta manera, “se establece un modelo educativo flexible que complementado los programas oficiales del Ministerio de Educación, tiene el propósito de formar integralmente a sus alumnos desarrollando el intelecto, a través de las distintas materias académicas como Matemática, Biología, Geografía y otras ciencias, y el sentimiento, con el cultivo de las artes en diferentes manifestaciones como música, literatura, pintura, etc. La música abre un camino muy especial y expedito para ir desarrollando el sentimiento de los niños y la sensibilidad y motivación hacia otras manifestaciones artísticas”.


Sobre los niveles de obligatoriedad y opcionalidad.

La opinión general, es que la presencia de las humanidades en la educación, debe ser obligatoria. Sin embargo, puede hablarse de un bloque de ese amplísimo conocimiento que podría impartirse en la educación básica y otra sección que podría ser opcional, donde los padres o el estudiante mismo podría elegir las ramas que más le interesen, a través de las pruebas diseñadas a tal fin.
En ese conocimiento básico obligatorio, se encuentran diversas materias, tales como Física, Química, Matemática, Castellano y Literatura, Biología, Educación Física y Deportes, entre otras. Todas se encuentran bajo el criterio de ser materias comunes que son consideradas como conocimiento básico y el estudiante que desee profundizar en esas ramas, podrá hacerlo una vez supere la Escuela básica. En Música, también hay una parte básica obligatoria. Una parte de la amplísima experiencia musical a nivel pedagógico y/o artístico puede seleccionarse para hacerla obligatoria en la escuela básica, que se considere de alta importancia universal y nacional. Las siguientes son algunas opiniones sobre este tema:

· “Conocer los patrones, los modelos, el aprender a tocar, el aprender a escuchar, de todo, tanto de la música de nuestra cultura como otras cosas del repertorio mundial, tienen que formar parte del aprendizaje obligatorio del todo ser humano” (Estrada, 2007).

· “La experiencia musical debería ser obligatoria: canto coral y teoría y solfeo” (Liendo, 2007).

· “Nosotros tenemos que instituir el estudio del cuatro como obligatorio, por lo menos en la primaria” (Martínez, 2007).

· Incluir la “ejecución básica de cualquier instrumento preferiblemente de tradición venezolana” (Delgado, 2007).

· “El cuatro debe ser obligatorio, porque es un instrumento armónico que está profundamente ligado a la cultura venezolana” (Martínez, 2007).

· “También creo que los venezolanos deben aprender a leer música” (Martínez, 2007).

· Incluir una materia de Apreciación Musical. “La apreciación musical puede ser una materia que permita ampliar la visión de la música y de la herencia musical universal y nacional” (Delgado, 2007).

· “El primer instrumento que tiene que desarrollar el ser humano es el canto” (Delgado, 2007).

· “Tú le pones al niño su cuatro obligatorio y le das la posibilidad de interesarse de otros instrumentos, el violín, la mandolina. El básico es el cuatro, porque te hace un oído armónico y melódico, tienes acceso inmediato a un instrumento de la cultura venezolana, de nuestra identidad. Y además tienes que garantizarle la posibilidad de estudiar un instrumento europeo, un instrumento afro-venezolano o un instrumento indígena” (Martínez, 2007).

· “El conocimiento de lenguaje musical debe empezar en la más temprana edad y debe mantenerse por lo menos hasta bachillerato, que el muchacho luego decida “bueno, yo quiero ser músico, bueno, me meto en una Licenciatura en música y ahí profundizo mi conocimiento”. Pero que por lo menos si es médico, o si es ingeniero, tenga la posibilidad de cantar en un coro, de tener un pequeño grupo musical amateur. El Metro en París tenía un orquesta, por ejemplo y los jubilados tocaban en esa orquesta” (Martínez, 2007).


Propuestas en los diferentes niveles de la Escuela Básica y Diversificada

Idealmente, debe impartirse el conocimiento musical y artístico teniendo en cuenta el justo equilibro entre música popular y música académica, tanto como la idea de centrarse primordialmente en la práctica por sobre la teoría.
Si el estudiante no se dedicase profesionalmente a la música, la escuela básica sería entonces el único momento de su vida para participar y disfrutar a plenitud las artes. El aspecto teórico de la música estaría limitado a la actividad práctica del momento, como elemento de refuerzo. Todo ello debe ir aunado a un estímulo eficaz del individuo, pues el aprendizaje surge “más por el convencimiento del aprendiz que por la vía impositiva” (Delgado, 2007).

He aquí unas cuantas ideas, insertas dentro del contexto de la educación en la Escuela Básica y Diversificada:

Preescolar: Las opiniones coinciden en estimular decididamente la creatividad en el niño a través de la incitación al juego musical, así como el inicio del contacto con los instrumentos musicales, académicos y folklóricos. La experiencia coral diseñada para este fin, puede ser puesta en práctica.

Escuela Primaria: En la Escuela primaria podría comenzarse la enseñanza del cuatro y otros instrumentos sencillos como el tambor, así como la continuación del canto coral, con mayor desarrollo que en el Preescolar. En la etapa media de la escuela primaria, podrían realizarse exámenes exploratorios sobre las aptitudes del niño para la música y las artes, con el fin de enfocarlo hacia el instrumento de su preferencia o al canto, a la danza, la dramaturgia, la poesía. En esta etapa, pueden dictarse materias optativas, de acuerdo al interés del estudiante. Si coincide el interés con la materia que explora, las clases se convertirán en un estímulo. Debe establecerse el fomento de la creatividad, a través de diversas actividades especialmente diseñadas.
Debe pensarse en la posibilidad de la inclusión de una materia de Apreciación Musical, para moldear la capacidad auditiva y creativa del individuo. Más que una clase teórica debe ser una lección dinámica y creativa, que podría considerarse como “una especie de propedéutico que le permita conocer todos los instrumentos disponibles en la cultura venezolana actual, incluyendo los europeos, los indígenas y los [de los] afro-descendientes, y si el niño quiere además de sus estudios de matemática y de ciencia, tocar un instrumento africano, indígena o europeo, lo pueda hacer” (Martínez, 2007).
Después de una etapa básica de aprendizaje práctico del Cuatro, podría sumarse cualquier otro instrumento optativo de acuerdo al interés del estudiante: bandola, violín, percusión, etc.

Escuela Secundaria: Una vez superada la parte básica obligatoria y algunos niveles opcionales, podría fomentarse la formación de conjuntos, con por lo menos una materia (1) de libre elección. Podría animarse el desarrollo de “grupos corales, grupos de gaita, estudiantinas, y quizá una orquesta sinfónica pequeña, de ser posible” (Delgado, 2007).

Otra idea de gran importancia es la inclusión de la lecto-escritura musical o solfeo (lectura musical), siempre y cuando se haya cumplido con una etapa básica anterior, en la que la lectura musical se ha hecho ya una necesidad. “Desde el principio, en Apreciación Musical, tienes que dar algunos elementos [de lectura musical] y convertirlos en algo didácticamente atractivo... Se recomienda la ejecución de un instrumento antes de aprender la teoría y solfeo... Enseñar nociones muy elementales de lectura musical, mientras se está en la primaria, ya cuando tú vas a profundizar en secundaria, pueden manejarse nociones más profundas, pero que sean directamente correspondientes con lo que están haciendo a nivel práctico” (Delgado, 2007).

“El niño tiene que tocar instrumentos, tocar el cuatro, las maracas, las flautas, percutir cosas, tocar algunos instrumentos. De esa manera, al igual que en el idioma, llega un momento en que tú necesitas escribir. Los niños hablan muchísimo primero, construyen oraciones e inventan historias y al final, sienten la necesidad de hacer un registro de aquello porque se pierde en la memoria. Igual sucede en la música, los niños hacen música, tocan instrumentos, improvisan, hacen collages de música que han aprendido, construyen una música nueva, el compositor musical es un compositor espontáneo, el niño lo que está es libre para hacer música, el se hace compositor primero y en el ejercicio de la composición se hace instrumentista, luego llega un día en que se olvidó la pieza que tocó, y dice cómo hago yo para registrarla, cómo hago yo para que me quede, ahí empieza la búsqueda del símbolo; si ese proceso se le deja que fluya en el niño, él arriba a la lecto-escritura muy rápido, sin ninguna dificultad” (Sánchez, 2007).
Aunque el estudiante no pretenda dedicarse a la música profesionalmente, el valor pedagógico de esta experiencia reside en que “va poder acceder a los repertorios, si quiere tocar algo lo va a poder hacer, si quiere componer o ponerse a improvisar en su casa lo va a poder hacer, va a tener un espacio de acción adicional dentro de su vida” (Sánchez, 2007).

Para llevar a cabo todo esto, hay que impulsar una actividad muy primordial: la investigación; para poder “buscar [señalar y diseñar] el repertorio infantil que tenemos y si no lo tenemos, crearlo... Hay que hacer los repertorios para las distintas edades” (Estrada, 2007). Esta idea debe estar contemplada en el Programa Nacional a diseñarse, elaborar nuestros propios repertorios para enseñar con las melodías nacionales; partir de lo nacional hacia lo universal; sólo de esta manera podremos optar a universalizar lo nacional.

Otro punto destacable es dejar de lado el concepto de una educación impositiva, que deje de exigir que todo niño que estudie música, deba ser en el futuro un músico profesional. Para el estudiante medio, posiblemente se trate de una oportunidad única en su formación; la experimentación musical experimentada a esa edad, probablemente haga de él en el futuro un adulto con mayor sensibilidad. Del mismo modo, hay que motivar a que los maestros no abriguen sentimientos de frustración en los casos en los que el estudiante no elija la música como opción profesional. Lo primordial es que no se pierda la emoción por hacer música, que tendrá siempre un efecto benéfico en el ánimo humano.
Suzuki consideraba que la educación musical no debía buscar en primera instancia la formación de músicos profesionales, sino de personas que consideren la música como un modo de desarrollar aptitudes superiores.


Música y Consejos comunales

El pueblo venezolano asume el reto de ejercer el poder colectivo de su comunidad a través de los Consejos Comunales, para ello se hace cada vez más importante la formación de la conciencia de cada individuo. Quizá alcancemos la ansiada meta de que las comunidades tengan un nivel de formación que les permita tomar sus decisiones, con el mejor sentido de participación democrática. “Un Consejo Comunal puede desarrollar sus propias academias de música, puede desarrollar que en su escuela haya formación integral” (Sira, 2007). Una comunidad que desee especialmente una escuela de música, de pintura o de danza, posee una herramienta importante para evolucionar y aspirar al cultivo de valores sociales éticos y morales. Esa debe ser una meta inaplazable dentro de este proceso para nuestro pueblo.

El lenguaje del arte puede ser empleado como una importante herramienta de expresión, que mediante proyectos educativos socio-comunitarios, sirvan al propósito colectivo de modificar el entorno social. Teniendo en mente ese objetivo, una escuela podría ser un medio propicio: “entonces las artes entrarían como recursos para alcanzar esos proyectos comunitarios. Si el proyecto comunitario se refiere a resolver el problema de la basura del barrio –por ejemplo–, entonces podrían hacerse representaciones teatrales donde se plantea el problema de la basura y su solución en el escenario, una dramatización con los actores, y la gente ve la vida allí en la escena, y a través del arte […] podría llegar a descubrir la solución para su problema. Así, el que está trabajando políticamente en la comunidad, consigue en el teatro un vehículo para que la gente concientice el problema y sus soluciones” (Sánchez, 2007).
Este alto ideal para nuestro pueblo, pudiera hacer posible también, la unión natural de cultura y sociedad, arte y sociedad unidas, para enfrentar los anti-valores del capitalismo.


Importancia de un Programa Nacional para la inclusión de la Música y las Artes en la Educación Básica

Para hacer posible la realización de este postulado a nivel de un Programa Nacional, conviene considerar los siguientes puntos:

Articulación con el Ministerio de Educación - “Si se quiere garantizar [este tipo de enseñanza] en el aula, en las escuelas generales, en todo el escalón educativo del país, en los liceos, en las escuelas bolivarianas, tendría que contarse con los Maestros [especializados] en grado suficiente para hacer esto. Habría que hacer un estudio sobre las actividades que dentro de los planteles de educación primaria y media se llevan a cabo en liceos y escuelas, qué escuelas cuentan con maestros de Música, qué podríamos hacer para garantizar la formación de los maestros necesarios para tener en cada aula del país la posibilidad de la enseñanza de la Música. Un estudio que [se] tendría que hacer en confluencia con el Ministerio de Educación” (Abreu, 2007)

Preparación del Personal Docente - “Es muy importante la preparación previa del personal docente (...) Hay que tener mucho cuidado con quién será el docente que va a ir a enseñar esas nociones, los programas tienen que estar muy bien preparados, hay que hacer un Programa Nacional para coordinar esto. No se puede mandar a dar clase a cualquiera porque los niños aprenden muy rápidamente” (Arismendi, 2007).

Articulación con las Escuelas Bolivarianas - “Entiendo que en algunas escuelas bolivarianas tienen algunos profesores de Música, pero no tienen un Programa Nacional establecido para la educación musical, sino que cada docente avanza a duras penas de lo que tiene y de su contexto” (Queipo, 2007).

Proyecto para las Escuelas Bolivarianas - “Un proyecto en el [que] se escogiera una Escuela Bolivariana por cada estado y en cada una de ellas se constituyera una banda, una orquesta, un coro, una banda seca y una orquesta típica sería un ideal bellísimo, podríamos comenzar por ahí. He conversado con autoridades del Ministerio, y hemos organizado un Proyecto en tal sentido, para que el Ministerio de Educación asuma estos 24 núcleos en 24 Escuelas Bolivarianas piloto. Esto es un aporte concreto que yo hago. Nosotros estamos listos para estar en ese Proyecto”. (Abreu, 2007).

Revisión de antecedentes y adecuación de las distintas propuestas a nuestra realidad - Se hace necesaria una revisión de experiencias comunes en la materia, para adecuar especialmente las distintas propuestas a nuestras circunstancias, realizando así programas particulares para nuestro país. “(…) Adecuar todas las cosas a nuestras realidades, no copiarlas de por sí... Incorporar nuestras canciones del folklore, las que se puedan, a la metodología de enseñanza (…) Habría que armar un repertorio que incluya canciones venezolanas, porque obviamente hay canciones que uno como que nace con ellas en el oído, entonces transportarla en un instrumento se te hace más natural que yo tener que aprenderme una canción de Bulgaria, rumana o suiza” (Delgado, 2007).


El pago de una deuda social: - “¿Cómo hacemos para [que] el venezolano mantenga en su vida, desde nace hasta que muere, la posibilidad de enriquecerse interiormente a través de la Artes? Hasta que el hacer artístico no entre de manera permanente y contundente como expresión de una sociedad, expresión de todos, aún tendremos pendiente esa acción revolucionaria” (Martínez, 2007).

La posibilidad de creación de campos de trabajos directos e indirectos - “Esto generaría una fuente de trabajo importante para el país” (Rugeles, 2007). Al institucionalizar la educación musical básica para todos los venezolanos, se generarían fuentes de trabajo que atiendan las necesidades de educar el oído, de alfabetizar y por lo tanto, integrar la actividad musical en la sociedad, como forma directa. Por ende, también cualquier proyecto musical tendría mayor impacto social, ya que tendríamos un público más receptivo a cualquier manifestación creativa, lo cual sería un beneficio consecuente de alta importancia.

Creación de un Sistema Nacional de Educación en Música, Plástica, Danza y Teatro - “(…) que articule la Escuela Básica, que articule otras ofertas educativas en estas áreas como pueden ser las ofertas que dan las Casas de la Cultura, Talleres de Fundaciones, etc. Nosotros tenemos una diversidad grandísima de ofertas educativas en esas áreas, unas son Talleres especializados de más o menos profundidad, otras están en la Escuela Básica, otras son los escuelas formales de Música, Plástica, etc., que es lo que hay que hacer y eso ya se habló y eso ya se propuso, un sistema articulado. Por ejemplo, yo estudio en la Fundación Biggott un Taller de tambora y si yo en un futuro, yo decido que voy a estudiar música formalmente, ése taller de tambora me debe servir para algo desde el punto de vista curricular, tiene que tener un peso, tiene que tener un valor. Tiene que estar articulado además con los Programas que se harían en la Escuela Básica, y articulado con lo que se hace en las Escuelas especializadas” (Estrada, 2007).

La elaboración de un Programa Nacional - Este plan debe partir de un debate nacional de alto vuelo, podría crearse una Comisión Nacional liderada por el Ministerio de Educación con la participación de las Instituciones pertinentes tanto públicas como privadas (también personalidades en la materia, Maestros especializados en esas ramas), para realizar un Programa Nacional de Educación Artística en Venezuela que se inserte en la Escuela Pública (Escuelas Bolivarianas), en las Misiones Educativas (Robinson, Ribas, Sucre) y en la Educación Privada, para que toda la población venezolana tenga acceso a él.

La Comisión diseñaría las pautas de inclusión, obligatoriedad y opcionalidad de las materias artísticas. Una vez diseñado el Plan Nacional, se procedería a realizar una gran Taller para proporcionar los lineamientos generales para la labor que docentes en el área realizarían en todos los Estados de la geografía nacional, para Declarar a Venezuela Libre de Analfabetismo en los Lenguajes Artísticos, y libre, también, del Analfabetismo hacia su cultura.

Algunas propuestas para la Ley de Educación

Teniendo en cuenta las opiniones obtenidas, tenemos aquí puntos importantes que deben ser mencionados -y comprendidos- dentro de la Ley de Educación, mencionadas por Estrada (2007):

· La educación Musical y artística es un derecho al que todo venezolano debe tener acceso.

· La educación artística (musical, plástica, teatral y dancística) es obligatoria.

· Toda Escuela Básica debe estar provista de un Departamento de Educación Artística que coordine todas las actividades de formación de este tipo en la Escuela.

· Toda Escuela en el país debe tener en su planta de docentes, especialistas en arte y cultura.

· El currículum formal de todo Venezolano en formación debe contemplar una cantidad mínima de horas de formación musical y/o artística.

· Toda escuela debería estar provista de espacios y dotación para los fines antes descritos.

· El plantel educativo debe ofrecer diversidad en sus ramas pedagógicas en materia artística, estableciendo un sistema articulado con Conservatorios, Escuelas de Música, Plástica, Teatro y Danza (Ballet, etc.), a fin de garantizar el aprendizaje vivo y cabal del estudiante en sus fuentes, durante todo el tiempo que dure su formación académica.

· Es de especial importancia promover el respaldo al desarrollo del potencial creativo, al aprendizaje de la lecto-escritura musical, al reconocimiento de los distintos géneros y patrones en los que se expresa la propia cultura y culturas foráneas, al manejo de las técnicas de creación cultural e interpretación de las mismas.

· Fomentar el respeto a la libertad y la diversidad en la Cultura.

· Ofrecer al estudiante la calidad y cantidad de información necesarios para formar sus puntos de vista y de referencia. Mediante el conocimiento y la experiencia en el arte y la cultura que le son propios, propiciar en el individuo su facultad de elección.

Apenas el inicio de una tarea - Objetivo: El colectivo nacional.

Las ideas expuestas aquí, no pretenden en modo alguno ser dogmáticas ni rigurosamente técnicas, son simplemente una aproximación sustentada y con sentido divulgativo del problema. Los conceptos propuestos son fenómenos sociológicos dignos de estudio por especialistas que serían designados a tal efecto, e impulsada desde el Ministerio de Educación. Sin duda, este estudio debe encontrar su eco en la continuidad.

Esta aproximación persigue el objetivo de llevar su convicción al seno de la población venezolana -que ahora asume un rol protagónico de responsabilidad a través de los Consejos Comunales- y al del Estado, a asumir una importante incidencia dentro de la Educación Básica venezolana: la creación social a la que todos tenemos derecho.
Las revoluciones no son sólo para asegurar las bases materiales de existencia, sino también para impulsar el germen creativo y esencial de los pueblos.


-------------------------Luis Ernesto Gómez, 2007

[1] (Fuente: Palacios, Mariantonia - Kodaly y la alfabetización musical).
[2] (Fuente: Palacios, Mariantonia. El método Suzuki o la educación para el talento).
[3] (Fuente: Palacios, Mariantonia. La rítmica o el método Dalcroze).
[4] (Fuente: http://www.casadelasamericas.org/)
[5] (Fuente: Sánchez Ortega, Paula (2001). La musicalización ciudadana, un reto del educador musical en el contexto latinoamericano y caribeño. [ponencia])
[6] Información sumistrada por la Prof. Mary Santiago que trabaja en dicha Unidad educativa.
[7] Información sumistrada por la Lic. Xiomara Leota, directora del plantel. No dispone de Página Web.
[8] Información obtenida de su Página Web http://www.emilfriedman.com/.
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